martes, 9 de agosto de 2011


YA NADIE VA A ESCUCHAR TU REMERA

29/09/08
Oscuridad incierta.
Tomo lo dulce de un susurro húmedo que se borra.
Y nunca alcanzo a llorar sin descubrir antes mis ojos.
Más siempre caigo en la sed de ser fuego que espera huir de un sueño en el que no creo.

Cae mi reflejo roto sobre el agua y me convierto en melodía sin sabor.
Como un beso que chorrea y una promesa hecha cenizas.
Permanentemente ciega, guardando noches errantes.

Y el destino oxidándose a lo lejos.
Dejando marcas en vano.
Clavando hasta el fondo una venganza de sangre fría.

Ilusa de besos.
Solo transpirando gotas de extrañas bocas.

Lujuriosa piel, cuya sombra nunca se destierra de este suburbio.
Para siempre descarriada mordiendo lo eterno.
Un corazón que solo se inventa bajo la luna de esta ciudad.
Quien va a asistir a mi futuro muerto.
Quien va a regalarle a mi lengua ese ácido loco que me hace flotar el alma.

Ataré el dolor al sol, para que seque

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