Los supermercados chinos son asquerosos. Para empezar tienen un olor asqueroso que nunca supe bien a qué es. Pero por ende, todas las cosas que hay ahí adentro (incluídos ellos) apestan a ese hedor misterioso. A la mañana cuando uno pasa, por lo general se puede observar que en la puerta, atada a la reja de “CERRADO”, hay una bolsa de pan enorme, casi a la intemperie que espera ser manoseada durante rato largo hasta terminar en ese cajón de madera que se encuentra próximo a la fiambrería, por lo general; donde todo el mundo lo manosea a ver si es de ayer, o es de hoy hasta que alguien se lo come. Y si te sobra, al otro día está más duro que Sofovich en “Polémica en el Bar”. Los repositores realizan una tarea extraña, ya que las cosas se encuentran… Ordenadas? En un sentido incomprensible, y para nada simétrico. Así que, si no encontras el paquete de polenta mágica te jodés y te vas a comprar a “Día”, lo cual es gravemente peor, ya que los cajeros y cajeras y repositores respectivamente se tocan las partes arriba de las verduras.
Comprás un par de huevadas (un par son dos) y te dirigís a la caja inocentemente. El chino mayor te dice:
-Zezenta y nueve co cuarenta…
A lo cual vos pensás que cagada ché, pero los palitos cuanto están?
Le das un fresco billete de cien pesos y te pide “cualenta centavos”. Chin hijo de puta, mientras prepara la caja para tener listo el vuelto ves la cantidad de monedas que tiene el hijo de re mil…
Le decís, consternado, que no tenés y entonces sin preguntarte nada, te da el vuelto en monedas, con caramelos.
Ahí ya te aviolentás y le decís que necesitás las monedas para viajar y el chino con cara de boludo te dice: No entieno no entieno. Mientras habla en chino con otro que está al lado y no sabés si estan diciendoté cornudo o pelotudo o qué mierda!
El mendicrim es agrio, el yogurt está vencido, el roquefort tiene ratas, la leche es rancia.
Prendan las heladeras cuando el local está cerrado por dios!
Hijos de puta.
Paz
Negra roll…
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